sábado, 10 de diciembre de 2016

"El baúl de la fotografía", fragmento inédito

"Titilando estaban las estrellas cuando la nieve comenzó a caer sobre nosotros. Aguardábamos dormitando, charlando, con el móvil, jugando a las cartas o examinando el paisaje por la ventana, a que nuestro viaje en tren terminara. Pero pronto alguien corrió en la dirección opuesta a nosotros y empezaron a hablar con secretismo en una lengua eslava que no conocíamos. 

- Despierta. 
- ¿Qué ocurre? - Una chica del grupo que hablaba mi lengua se sentó rápidamente a mi lado para explicarme lo sucedido. Me daba miedo lo que fuera a salir de sus labios, me sentía refugiado de la nieve y las montañas que en silencio me iban abriendo el paso. Respiré profundo y me desperecé para prestarle la atención debida. - Alguien se ha suicidado. - Me dio aquella noticia como el que anuncia que se le han acabado los cigarrillos, sin dolor ni alegría, pero con cierto hastío. - ¿Aquí? ¿En el tren? ¿En tu vagón? - Negó con la cabeza, rechazando la velocidad de mis preguntas. - No, ha saltado frente al tren y se lo ha llevado por delante. 

(...) Justo en este punto de la conversación entraron más de nuestros compañeros, Mark, Noel y Ana mientras los otros tres intentaban descansar hasta saber qué ocurriría con nosotros. Cuando la que hablaba mi lengua empezó a hablar con el resto en perfecto inglés, desconecté. Levanté la vista hacia la ventana, la tenue luz de las farolas del camino se entremezclaba como óleos con la fina nieve que caía. Aquel era el día más feliz de mi vida. Sin embargo, no pude evitar pensar en la macabra ironía que suponía que aquel día, que era para mí el más feliz por un fenómeno atmosférico al que los habitantes del país ya están acostumbrados, se produjese una muerte tan trágica y un evento tan hermoso.

La policía acordonó la zona con cintas blanquirojas; nosotros y dos mujeres de Polonia tuvimos que abandonar el tren en plena madrugada, saltando a las vías como fugitivos para aprovechar el siguiente tren que nos llevaría, por fin, a la que será nuestra casa durante lo que dure la misión. Durante nuestro salto a las vías del tren no pude evitar pensar en Lorenzo y en Nix, habían pasado dos meses desde el último miércoles que nos vimos. 

(...)

Ahora, llegando a casa, todos vuelven a la realidad. De una pequeña tienda cuyo cartel reza "Piekarnia i Cukiernia" emana un olor agradable y dulzón de pączki recién hechos. Los comercios empiezan a abrir bajo los tímidos rayos de sol que han aparecido entre las nubes y el humo de las fábricas, los trabajadores se saludan o esquivan a partes iguales para llegar a su lugar de trabajo... Es inevitable pensar en aquellos que no están, conocidos o desconocidos, aquellos que arrebatan sus vidas con un revólver, pastillas o saltando en frente de un tren, cuando observas la hermosura y la crueldad de la vida que nos maneja cual peones de ajedrez. 

(...)"

December 10th, 2016
Nely Macorix