lunes, 22 de febrero de 2016

"Formica"

    A veces me siento en la cornisa del edificio más alto de la ciudad y observo directamente a la noche, ocultando a la luna con nubes, como si temiese que el mentido robador de Europa se dejara caer y se la llevara, sumiendo el mundo en una oscuridad infinita. Cuando la descubre para mí, la admiro, como el fenómeno más hermoso de la faz de la tierra y desvío la vista hacia el pavimento lejano con el que me fantaseo, en ocasiones, formando parte de la decoración, observo las luces, los coches, el humo pútrido, denso y oscuro que asciende por las colinas de cemento que se erigen majestuosas en Las Palmas y las manchan. Observo a los viandantes, parecen diminutas hormigas sin ningún tipo de organización, sin ningún tipo de plan… tan perdidas como yo, en esos momentos, deseo levantar el índice y apretarlas una a una contra la acera para hacer que corran en la misma dirección y cooperen entre sí y así, en medio de la miseria, que aprendan a encontrarse. Entonces me imagino dentro de la multitud, deseando que alguien me deje una brújula para reconducir mi vida y poder, por una vez, respirar en calma.
 

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