“La muerte de la
melancolía”
(Trabajo obligatorio. Intentando un soneto.)
La
quietud de la orilla sombría y vacía;
La
admira varada con su angustioso
Canto
y en versos se ahoga cuando
La
guadaña rebana su garganta.
La
arena ahoga su roja llamada.
La
admira incluso el hado
Cristalino
y, en su lamento,
Sus
garras sesgan su alma.
La
escarlata deslizábase por la orilla, por la mar
Triste
y sombría, regando las algas con sal;
Dando
fin a la amada que vio sus penas ahogar.
Flotando,
sin penas ya, entre aguas
Que
acunan su alma sesgada,
Con
los ojos abiertos y la vida en su mirada consumada.
Nely Macorix '14
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